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martes, 16 de octubre de 2012

Castillo Hermanos.

Uno mucha veces no saben porque van a pasar las cosas o a veces ni toma detalles de situaciones que ocurren, porque así tienen que ser, el día de ayer me propuse a cambiarle el aceite a mi carro y mi esposa amablemente me ayudó a cotizar lugares, precios, etcétera., determine sin ninguna razón, más que la que ahí me hacen el alineado de mis carros para ir hacerle a ese lugar el cambio de aceite, jamás me moví del lugar de cambio de aceite, hasta que al final fui a la caja a pagar y comprendí el motivo por el cual termine yendo ahí, habiendo otros sitios para hacer lo mismo y es un libro muy bonito que lleva por titulo "La Historia de mi Alcoholismo" de José Rolando Castillo, fundador del taller "Castillos Hermanos", el cual obsequian por consumo de $20.00, justo lo que me costo el cambio de aceite, que más que un cambio de aceite fue un cambio en mi vida, porque es un libro que para el autor de motivación, pero en realidad a mi gusto y compartiendo con el autor el deseo por la bebida y el tomar conciencia de que el alcoholismo es una enfermedad progresiva e insidiosa, es más una identificación que hemos pasados todos aquellos que vivimos ese calvario, cada quien arrastra cosas comunes, no tan comunes y otras que uno da gracias a Dios por no haber llegado hasta ahí, cuando uno va escuchando historias y anécdotas de bolos.

Al final comprendo claramente, que los libros salen al encuentro de uno, no uno de ellos, como usualmente se comprende, por esas cosas de la vida que tienen que ser así y nada más, sin encontrarle la explicación alguna a la misma, sólo el agradecimiento de tener la oportunidad de compartir lectura tan grata como la que me dio el libro, porque a parte de mi identificación con algunas anécdotas ahí relatadas, me gusto mucho la forma coloquial con la que narran situaciones cotidianas, tanto en el ámbito político, económico y social de la sociedad salvadoreña, que me llevan a reflexionar bastante en el contexto de la realidad nacional en la cual nos encontramos inmersos no de hoy, sino que desde siempre han estado y de ponerse un alto oportuno ahí estarán siempre entre nosotros.

Mis felicitaciones al autor.

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